Desde la antigua Grecia, la música se consideraba ligada al orden, la armonía, el equilibrio y, por lo tanto, un complemento ideal para el hombre. Ésta es una de las formas más universales que tiene el ser humano de expresarse y comunicarse y está presente en la cotidianidad de los individuos de todas las edades alrededor del mundo. Es un estímulo que influye en todos los niveles del ser humano: biológico, fisiológico, psicológico, intelectual, social y activa más partes del cerebro que cualquier otro estímulo humano. De hecho, influye en ambos hemisferios a la vez lo que lleva a un desarrollo equilibrado pero también variado. Por ejemplo, del lado del hemisferio izquierdo, la música ayuda en el progreso de la percepción rítmica, el control motor, la lógica y el razonamiento. Por el lado del hemisferio derecho, contribuye al desarrollo de la percepción y ejecución musical, la creatividad artística y la fantasía, la percepción visual y la auditiva. Debido a su gran influencia, ésta se transforma en una herramienta para desarrollar múltiples cualidades del ser humano en diversos ámbitos como lo son los afectivos, cognitivos y sociales por lo que es un recurso muy potente para poder interferir en el desarrollo de una persona desde una edad muy temprana. Sin embargo, varios investigadores han llegado a la conclusión de que para poder obtener estos beneficios es necesario que el estímulo sea constante y voluntario. Esto quiere decir que no debe ser impuesto de manera hostil o debe ser presentado como una obligación, sino que debe ser propuesto como un juego o de forma interesante para el infante.
El sentido musical del ser humano comienza su desarrollo durante el período de gestación, ya que el feto se encuentra inmerso en una sonosfera que es específica al ambiente en el que se encuentra. Este crecimiento del sentido le permite percibir sonidos intrauterinos como lo son los latidos del corazón, la respiración y la voz de la madre. Luego de nacer, dicho sentido continúa desarrollándose en el día a día del infante mediante canciones o bailes.
Como se nombró anteriormente la música interviene en el desarrollo de diversos aspectos del ser humano, como por ejemplo la capacidad perceptiva y la creatividad musical. La primera toma las experiencias inmediatas básicas que recibe el individuo, también llamadas sensaciones, y las interpreta dándoles significado y organización. Por ejemplo, cuando un guitarrista toca una cuerda aislada el oyente recibe la sensación y es gracias a su capacidad perceptiva que puede reconocer que forma parte de una obra específica. Por otro lado, la música incentiva el desenvolvimiento de la creatividad musical. Ésta es la forma que tiene el individuo de expresarse en el mundo y que puede manifestarse por medio de la composición y la interpretación.
Los estímulos musicales también ayudan a la formación de la personalidad del ser humano y su relación en sociedad. Éstos, según los filósofos de la educación, provocan un enriquecimiento estético y favorecen el bienestar personal, por lo que muchas personas estudian música para tener un momento de felicidad. Además, desde el punto de vista social, es a través de ella que los seres humanos comienzan a formar vínculos entre sí y a desarrollar capacidades, conductas y pensamientos que ayudan a la persona a interactuar de forma exitosa en sociedad.
Un estudio realizado en la Universidad Nacional de Psicología y Ciencias de la Educación de Portugal cambió el típico eje de investigación de los efectos de la música, que es el mental, a los beneficios físicos en el desarrollo motriz de los niños. La destreza motriz es, por definición, el dominio consciente que tiene un individuo de sus habilidades motoras como agarrar un objeto, el equilibro y la postura. El ensayo consistía en enseñar a un grupo de niños, por 24 semanas consecutivas, distintos instrumentos así como también fundamentos básicos de la música. Al finalizar se descubrió que todos los infantes incrementaron su motricidad fina y su coordinación bimanual, debido a que la música y el movimiento surgen simultáneamente de la necesidad de expresión. Toda acción adaptada a un ritmo es resultado de un complejo conjunto de actividades coordinadas entre el cuerpo, el entorno y la voz, que son utilizados como materiales o medios para la actividad motriz y musical.
La música además cumple un gran rol en el desarrollo cognitivo del ser humano. Este desarrollo es el proceso en el que el individuo aprende habilidades particulares del pensamiento, como la percepción, la comprensión, la memoria y el manejo de su entorno. Debido a que la práctica musical activa ambos hemisferios del cerebro, activando diversas áreas, varias investigaciones llegaron a la conclusión que la música influye en las conexiones neuronales necesarias para la concentración, las habilidades matemáticas y el aprendizaje de idiomas, siendo éstas habilidades que forman parte del desarrollo cognitivo del infante. Es por esto que durante la enseñanza del niño, por ejemplo durante el jardín de infantes, se incentiva la utilización de canciones conocidas para incorporar con mayor facilidad nueva información.
En relación al aprendizaje de idiomas, un estudio realizado en conjunto entre el Centro Médico Beth Israel Deaconess y la Facultad de Medicina de Harvard, demostró que los niños que obtuvieron tres o más años de educación musical demostraron un progreso mayor en la discriminación auditiva que los niños que no recibieron este tipo de educación. Esta discriminación auditiva es una herramienta básica para el aprendizaje de idiomas distintos a la lengua materna, ya que permite diferenciar los distintos sonidos que presentan los diversos lenguajes. Pero además, esos mismos niños presentaron un mejor desenvolvimiento del vocabulario y también del lenguaje no verbal. Lo que se descubrió es que la música y el desarrollo del lenguaje comparten mecanismos neurológicos, por lo que la estimulación de uno influye también en el otro. Asimismo los niños comprenden con mayor facilidad las palabras por medio de la repetición de los sonidos que escuchan, por lo que se basa en la frecuencia, y ambas son características específicas y propias de la música. Por ejemplo, un infante comienza a aprender sus primeras palabras gracias a la repetición de los sonidos de las letras como la “m” y la “a” para que adquiera ambos y pueda luego pronunciar “mamá”.
La ciencia ha descubierto que la música cumple un rol importante en la formación del ser humano, no solo de forma cognitiva sino también motora, lo que significa que puede influir en diversos aspectos de la vida del individuo en la mayoría de los rangos etarios. Sin embargo, se ha comprobado que surte mayor efecto en los individuos que están en pleno desarrollo de sus habilidades como lo son los niños. Los ayuda a formar su personalidad, su relación con su entorno e incorporar nuevas enseñanzas.
Resumen:
La ciencia ha descubierto que la música cumple un importante rol en la formación del ser humano, desde su desarrollo cognitivo hasta el motriz, por lo que influye en diversos aspectos de la vida del individuo. Una educación musical temprana ayuda a formar su personalidad, su relación en sociedad y su adquisición de nuevos conocimientos, como un mayor vocabulario o un idioma distinto a su lengua materna.